La primera bomba explotó en el cielo durante la madrugada para despejar las dudas con un sol radiante. En el barrio platense de Meridiano V llovía como en toda la ciudad y el agua amenazaba la convocatoria del tercer domingo de abril, que como cada 3D reunirá a fotógrafos, historietistas, músicos, malabaristas, diseñadores y amantes de la cultura para trocar sensaciones y producciones en el “agite cultural” denominado Bomba Texto. El punto de encuentro será la Estación Provincial, gracias al trabajo incesante de los vecinos del barrio que patearon la puerta, literalmente, para recuperar el espacio abandonado por los gobiernos y transformar las salas de máquinas en salas de espectáculos.
“Es mi cumpleaños y parece primavera como en el otro hemisferio”; “Anoche llovió a cantaros y hoy hay un sol que raja la tierra”, dos mensajes anónimos establecen la primera conexión de la tarde en el espacio que los organizadores (Feria en la esquina, Cronopunk y Beat64) le dan para que todos “escriban su propia noticia”. El encuentro es una inmensa parábola de comunicaciones, manifestaciones, historias, declaraciones, creaciones y mensajes que se gestan, entrecruzándose y nutriéndose.
¿Por qué? Empecemos por describir el lugar para los que no conocen de su historia (como los cronistas de Agencia NAN que llegaron al espacio, cordialmente invitados a tipiar esta crónica en uno de sus salones, entre las fotos de F. K. Leone y las historietas de Mr. Exes). Bajo el techo en el que los platenses curiosean libros, discos, revistas, carteras, estampados de decoración; antaño llegaban pasajeros y colectivos de pasajeros para subirse al tren de trocha angosta que inaugurado en 1910 intentaba “conectar zonas incomunicadas”, según aquel gobierno de Buenos Aires.
Por las vías, las de acero y no las de redes o satelitales, la interconexión entre personas, mercancías e ideas se cancelaron en 1961 cuando llegó el “Plan Larkin” a cerrar la estación con el beneplácito del presidente Arturo Frondizi. Entonces, sólo fueron yuyos los que crecieron en las habitaciones y no cartas a los que parten ni encuentros fortuitos del trajín cotidiano.
Con mucho esfuerzo, los vecinos se encargaron de recuperar habitación tras habitación de la estación para cambiarle el sentido, para enviar otro mensaje. Por eso, Bomba Texto invita a la vecindad a enchufarse en el electro, mediante una feria itinerante en constante crecimiento para recuperar “los espacios que se necesitan para una tarde de domingo”: como aquellos números artístico al aire libre que tanto faltan sobre el relieve de cualquier plaza, calle de asfalto o empedrado.
Entre los adoquines anclados frente a la mole de cemento de la Estación Provincial, la agrupación “Circo Barado” logra reunir en un abrir y cerrar de ojos doscientas personas, entre chicos y grandes. Los clowns empiezan a conectarse con su público: caminan por las paredes, hacen piruetas, lanzan volteretas al aire y arrancan carcajadas y aplausos como si nada. La conexión fluye con la misma naturalidad que impulsan los artistas y organizadores de la jornada.
En el hall de la reluciente estación provincial el ambiente es distendido. Tirado en uno de los sillones que se encuentran a disposición, un pibe lee como en su casa uno de los números del diario De Garage, publicación mensual de distribución gratuita sobre rock. A pocos pasos una pareja ojea con atención un libro de poesía.
A tres salones de distancia, mientras La Vecindad del Electro apaga sus últimas pistas, comienzan a escucharse las melodías de Pájaros. La banda platense, con la voz rasposa de Fernando Rickard, se encarga de un acústico en el que desenrollan baladas y boleros con mucho de nostalgia y poesía autorreferencial. Los rasguidos en la guitarra y el amontonamiento de cientos de personas en el lugar, muestran que en ese rincón de La Plata todavía brota la vida.
Lejos quedaron esos tiempos de abandono en la estación, en los que el polvo se acumulaba y las paredes se agrietaban. El lugar está totalmente recuperado, ahora es centro de encuentro vecinal y movidas culturales que invitan al descubrimiento de algo nuevo.
“Toda esta movida existe a partir de que un vecino le pegó una patada a la puerta podrida de las estación. El encuentro de este tercer domingo de abril no ocupa ni un tercio del espacio recuperado”, cuenta Facundo Arroyo, uno de los organizadores de Bomba Texto. En el segundo piso, además, hay un bar donde tocan bandas y un espacio para talleres de todo tipo.
Afuera, sin embargo, el tren no pasa. Por eso a Rocky Velázquez, baterista de Pájaros y Peligrosos Gorriones, la estación le genera sentimientos encontrados. Pese a todo, se contenta con “la fuerza del poder popular”, encarnada en las luces encendidas, las puertas abiertas y las paredes blancas de ese punto del recorrido provincial que desparrama historia y cultura.
Las estaciones siempre fueron espacios de movimiento y gestación en cada localidad argentina. Entonces quizá ahí se entienda por qué con el aniquilamiento de 800 paradas cruciales del recorrido ferroviario nacional, durante el vaciamiento de los ’90, miles de poblaciones sufrieron una caída a pique con un serio riesgo de pasar al olvido por completo.
Muchas no pudieron evitarlo. Sin embargo, algunas paradas, como la del barrio platense de Meridiano V, se sobrepusieron y lograron otorgarles nuevos sentidos a esos espacios de conexión, comunicación y encuentro. En general encontraron una veta de restauración en el arte, transformándose en centros culturales, pequeños cines y teatros vecinales.
La explicación es simple para Velázquez: “El arte tiene mucha relación con el sentimiento popular, sin el pueblo el arte no existe”.
Bomba Texto agradece a Nicolás Sagaian, Nahuel Lag y Agencia NAN por haber prestado sus ideas y su creatividad para escribir en vivo una crónica del evento.
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